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Unirse al tratado refleja la determinación y las acciones de China para participar activamente en la gobernanza global. En la era actual de globalización, la cooperación internacional se ha vuelto cada vez más importante y los países deben responder conjuntamente a diversos desafíos, como el cambio climático, las fricciones comerciales, etc. La adhesión de China al Tratado es un firme apoyo al multilateralismo y contribuye a mantener la estabilidad y el funcionamiento eficaz del sistema de gobernanza global.

Esta acción también trae oportunidades para el propio desarrollo de China. Al participar en la formulación e implementación de reglas internacionales, China puede integrarse mejor a la economía mundial y mejorar su influencia en el escenario internacional. Al mismo tiempo, la cooperación con otros países también puede promover la mejora y la innovación de las industrias nacionales relacionadas y promover el desarrollo económico sostenible.

Sin embargo, unirse al contrato también enfrenta algunos desafíos y dificultades. Por ejemplo, puede haber diferencias y conflictos entre diferentes países en términos de demandas de intereses y formulación de políticas, que deben resolverse mediante consultas y comunicación. Además, las leyes, reglamentos y sistemas de políticas nacionales pertinentes también deben alinearse y ajustarse a las normas internacionales para garantizar una implementación y supervisión efectivas después de la entrada en vigor del Tratado.

En resumen, la entrada de China en el Tratado es una decisión de largo alcance, que no sólo demuestra la responsabilidad de China, sino que también inyecta nueva vitalidad a la mejora y el desarrollo del sistema de gobernanza global. En el desarrollo futuro, todas las partes deben trabajar juntas para superar las dificultades y lograr el desarrollo y la prosperidad comunes.