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Detrás de la preferencia por el pago en efectivo: las elecciones y las razones de los ancianos y de los residentes rurales


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Las personas mayores suelen tener una capacidad relativamente débil para aprender cosas nuevas a medida que envejecen. Se sienten desconocidos y confundidos acerca de los métodos de pago electrónico que dependen de los teléfonos inteligentes e Internet. Muchas personas mayores ni siquiera tienen teléfonos inteligentes, o incluso si los tienen, sólo los utilizan para realizar simples llamadas telefónicas. Les resulta complicado descargar, registrarse y utilizar diversos software de pago. Están acostumbrados a la franqueza y la sencillez de las transacciones en efectivo. Pagan el dinero con una mano y entregan la mercancía con la otra, y se sienten a gusto.

La situación de los residentes rurales también tiene sus particularidades. La señal de la red en algunas zonas rurales es inestable, provocando problemas como retrasos y desconexiones durante el proceso de pago electrónico, afectando la experiencia de pago. Además, los servicios financieros en las zonas rurales están relativamente rezagados y es posible que algunos comerciantes no estén equipados con equipos de pago electrónico, o incluso si los tuvieran, carecen de publicidad y orientación efectivas, lo que resulta en una baja comprensión y aceptación del pago electrónico por parte de los residentes.

Desde la perspectiva de los hábitos de consumo, las personas mayores y los residentes rurales se han vuelto dependientes del efectivo en sus vidas a largo plazo. En sus mentes, el efectivo es visible y tangible, lo que les permite sentir el verdadero estado de su riqueza y consumo. Sin embargo, el pago electrónico es solo una serie de cambios en los números y carece de un toque real, lo que los hace sentir inseguros.

El nivel educativo también es un factor. Muchas personas mayores y residentes rurales tienen una educación limitada y una comprensión insuficiente de los conocimientos financieros y de seguridad de la red involucrados en los pagos electrónicos, y están preocupados por problemas como el robo de fondos y el fraude durante el uso. Creen que los pagos en efectivo son relativamente más seguros y menos riesgosos.

Al mismo tiempo, el entorno social también afecta en cierta medida a sus opciones de pago. En las zonas rurales, la mayoría de las transacciones entre vecinos se realizan en efectivo, y este método de transacción tradicional ha formado una cultura y un hábito en el área local. Además, para algunas personas mayores, la mayoría de sus pares también utilizan efectivo para pagar. Si intentan pagar electrónicamente, pueden sentirse fuera de sintonía con el grupo.

Sin embargo, con el desarrollo de la sociedad, las ventajas del pago electrónico se han vuelto cada vez más evidentes. Tiene las ventajas de conveniencia, eficiencia, ahorro de tiempo, etc., y puede evitar los riesgos e inconvenientes de llevar grandes cantidades de efectivo. Para las personas mayores y los residentes rurales, la adaptación gradual y la aceptación de pagos electrónicos traerá más comodidad a sus vidas.

Para aumentar la aceptación de los pagos electrónicos entre las personas mayores y los residentes rurales, todas las partes deben trabajar juntas. El gobierno puede aumentar la construcción de infraestructura de red en áreas rurales, mejorar la calidad de la cobertura de la red y proporcionar buenas condiciones de hardware para pagos electrónicos. Las instituciones financieras pueden fortalecer la publicidad y promoción de los pagos electrónicos y llevar a cabo actividades de capacitación relevantes para ayudarlas a comprender y dominar los métodos operativos y las precauciones de los pagos electrónicos. Al mismo tiempo, las comunidades y los comités de aldea también pueden desempeñar un papel en la organización de voluntarios para brindar ayuda y orientación personalizada a las personas mayores y a los residentes rurales.

Además, las plataformas de pago también deberían seguir optimizando el diseño del producto para hacerlo más conciso y fácil de usar, en consonancia con los hábitos de uso de las personas mayores y los residentes rurales. Agregue algunas funciones fáciles de usar, como indicaciones de voz, visualización de fuentes grandes, etc., para reducir el umbral de uso. Los comerciantes también deben responder de manera proactiva, equipar de manera proactiva equipos de pago electrónico y brindar a los consumidores múltiples opciones de pago.

En definitiva, cambiar los hábitos de pago de las personas mayores y de los residentes rurales requiere la atención y el esfuerzo de toda la sociedad. Sólo así podrán integrarse mejor en la era digital y disfrutar de las ventajas que ofrece la tecnología.